La sociedad rural todavía tiene mucho que decir y Sandra Román Peñalba se ha parado a escucharla. Sandra procede de Quintanarraya, una entidad local perteneciente al municipio de Huerta de Rey, y este pueblo es el protagonista de su documental ‘Ubi sunt’. El título es un reflejo claro de lo que el trabajo documental transmite. Ubi sunt es un tópico literario por el que el autor se pregunta por el paradero de los que han muerto. En ‘Ubi sunt’ Sandra reflexiona sobre el paulatino abandono de los pueblos y aldeas, la reconfiguración del espacio rural y la soledad de los pocos habitantes que allí quedan.
Pero ‘Ubi sunt’ quiere ser también el reflejo de una época, de una generación, algo que permanezca en el tiempo para acudir a este documental y conocer el pasado. Cerca de Quintanarraya se encuentran las ruinas romanas de Clunia. «Me hubiera encantado saber y conocer a las últimas personas de Clunia. Quién estuvo allí sabiendo que Clunia desaparecería, qué pensaban de ello. Entonces me lo planteé así, como un documental que pueda perdurar en el tiempo para poder acudir a él y saber qué estaba ocurriendo en ese momento de la historia», explica la autora.
El documental se grabó un verano e hizo recorrido por festivales pequeños y rurales de corto y documental. En septiembre de 2019 se llevó el Premio del Público en la V edición del Festival Internacional de Cine Rural de Galicia. Cuando Sandra estimó que no tendría más recorrido lo subió a YouTube y ahí empezó a circular entre más gente.
Vinculada a sus orígenes
La autora de este documental estudió Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad de Lleida, ella es de allí pero su madre es de Quintanarraya. Después se fue a Madrid a estudiar un máster en Documental y ahí surgió la idea. «Mi intención era hacer un ensayo en el que pudiera relatar cuál era la situación de Quintanarraya», explica.
Con la pandemia ocupando la actualidad informativa, el debate sobre la despoblación rural ha pasado a un segundo plano pero sigue muy activo y continúa siendo necesario. «En ese momento se hablaba mucho de la España vacía o vaciada. La reflexión que yo hacía, en el caso de Quintanarraya, aunque puede ser extrapolable a otros pueblos de Castilla y León y otras comunidades, es que la muerte de la civilización rural va a ocurrir, como se ha visto con otras civilizaciones. Al final las civilizaciones se convierten y generan otras. Me sorprendía en ese momento mucho cómo allí, al lado, en Clunia, llegaron a vivir hasta 20.000 personas y, a día de hoy, en Peñalba de Castro se registran unos 85. Te haces la pregunta de cómo mueren y se transforman las civilizaciones y su cultura», apunta Sandra.
El objetivo era relatar el último aliento de esa civilización rural que sabe que va a morir, que es consciente de que ellos son los últimos. La muerte de esta sociedad deja tras de sí la desaparición de conocimientos, tradiciones y muchos otros elementos. Con el documental se quiere llevar al espectador a esa pregunta, a todo lo que se va a perder. «Es también una llamada a la acción, para que la gente sea consciente de que tiene que preguntar y guardar ese conocimiento de alguna manera», matiza la autora.
«Seguramente en España la relación urbano-rural se ha vivido como una cosa de segunda desde hace años, pese a que las ciudades beben y se alimentan de la sociedad rural. Pero no se ha puesto en valor, no se ha hecho ejercicio de recuperación», lamenta Sandra.
Protagonistas oriundos
Sandra suele pasar veranos, vacaciones, festivos en Quintanarraya. Todas las personas que salen en el documental son vecinos de este pueblo burgalés. «De hecho, elegí vecinos a los que considero que pertenecen a esa generación que con su desaparición va a morir algo», explica. «Se habla mucho de la repoblación de los pueblos pero, aunque esto suceda, no será la misma generación, la vida va a ser muy distinta a lo que esas personas han conocido», reflexiona. Una cosa es la repoblación rural y otra el relevo generacional.
Sandra se fue a Quintanarraya unos días a pensar, elaborar el guión y hablar con los vecinos. «Todos son gente que conozco, realmente no hubo muchos problemas. Una vez montado y concluido, lo estrené en el pueblo, en verano, cuando había más gente y fue muy bien». Aunque reconoce que hay mucha gente «reacia» a hablar de la muerte de los pueblos y su cultura, «para mí la cultura rural muere con ellos».
‘Ubi sunt’ es un proyecto muy personal de esta directora con raíces burgalesas. El guión, montaje, todo es obra suya. Sigue vinculada al mundo del documental. «Llevo un año intentando sacar adelante un documental sobre la alopecia femenina, se llama ‘Mujeres calvas’. La pandemia nos paralizó bastante con el proceso pero seguimos en busca de financiación. Esperamos poder rodarlo en 2021», apunta.
Fuente: Burgos conecta